Todos los días paso por delante de una librería de segunda mano. Y todos los días busco una excusa para poder entrar. El librero ya ni me da las buenas tardes, sólo levanta la cabeza y hace un gesto cansino. No voy a ser su mejor clienta, los dos lo sabemos. Me estoy quitando (de comprar mierda y viejunismos) y ando muy comedida. Sin embargo, he encontrado en mis hijos un subterfugio para dar rienda suelta a mi diógenes galopante. Sin la letra H de la Enciclopedia Ábrete Sésamo, o el número 11 de Patoaventuras su infancia no será igual. Debo completar esas colecciones por ellos, creedme.
La excusa de ayer era encontrar cuatro números de Los Cinco que le faltan a Gwilt. Intuyo que a estas alturas tengo yo más interés en que termine la colección que ella misma, pero como os digo, ando corta de excusas y me agarro a un clavo ardiendo. Y allí, entre lo más granado de Enid Blyton, junto a una edición preciosa de la serie Torres de Malory que no conocía (y que pronto será mía*), estaba uno de ellos. Lo mejor vino al abrirlo:
La anterior dueña, a la que llamaremos Maribel, fue obsequida con el libro el día de Nochebuena del 91. De mi quinta pizca más o menos. De ella sabemos que escribía con pluma (algo muy de la época), que tenía un ligero problema de tildes (algo intemporal), y que, sobre todo, era muy agradecida con sus papás (algo ya menos común). También sabemos que, pese al agradecimiento, el libro no le gustó demasiado. Empezó a leerlo, dobló algunas esquinitas, pero luego se cansó y lo dejó impecable. Y gracias a Google y a sus peculiares apellidos, sabemos muchísimas cosas más de Maribel… como, por ejemplo, en qué empresas ha trabajado o que no fue admitida en un máster muy chungo de la Politécnica hace un par de años. No pongáis cara de susto porque todos hubierais hecho lo mismo que yo.
Lo que no sabemos son los motivos por los que Maribel se desprendió de su libro. Os confieso que al principio me enfadé mucho con ella. Abandonar un Los Cinco por cuatro perras tiene delito. Después, a medida que ha ido pasando la tarde me ha ido cayendo mejor. En el fondo, este libro estaba muerto del asco en una estantería de la casa de sus padres desde hace veinte años y sin embargo ahora, gracias a ella, yo he recordado a Julián, Dick, Ana y Jorge. Jorge en realidad era Jorgina, pero le molaba más que la llamaran Jorge y el traductor siempre lo ponía en cursiva no sabemos muy bien por qué. Lo cierto es que nunca tuve claros los criterios para usar las cursivas en los libros de Enid Blyton. Era muy inquietante.
Y como ya estoy desbarrando, os dejo. Me he picado con esta verosímil historia sobre cuatro niños que dormían en unos carromatos con el beneplácito de sus padres. Eso sí que era ser aspiracional y no las mariconadas que nos tragamos ahora.
Los otros tres no han podido ser, querida Gwilt. Pero es cuestión de tiempo, esto es ya personal.
* Me ha quedado un poco Bisbal, y me encanta. ¡Ah! Y lo de que me estoy quitando no se lo cree nadie.
Yo hubiera hecho lo mismo, nunca he sido capaz de leerme un libro de Los Cinco entero. La historia no me atrapa.
No tienes ni idea, chaval 😉
Puede ser, yo siempre he sido más de literatura fantástica, nunca me han llegado a gustar demasiado las novelas de aventuras
Jejejeje, lo de usar a los hijos para ir de compras es la excusa de muchas madres. ¡¡Suerte con el resto!!
¿no es sólo cosa mía? Me alivias… jeje
Tía!!! (perdona esa familiaridad tan vulgar) Me acabas de dejar alucinada! La serie de Torres de Malory tan nueva, tan reluciente, va a caer en mis manos, el día que no vaya con mis hijas, para que pueda disfrutar de esa relectura sin miedo a que me los pidan. Ya se los prestaré más adelante.
La colección de Los Cinco me encanta, menudas tardes pasaba leyendo las historias de los cuatro, y el perro.
Sobre la anterior dueña del libro… Te has pasado. Voy a tener que cambiar mi firma en los libros, por si alguna vez, mis hijas deciden revender mis libros.
Besos amorosos
¡Eres de las mías! Lo que tú te crees es que las niñas los van a querer… ay, pero estas niñas ya no son como las de antes.
Menos mal que lo has dicho tu, porque en mi casa dice que lo del síntoma de diógenes debe de ser heriditario y difícil de superar….
Me has asustado con los datos que sabes de Maribel, me supongo que a estas alturas de la historia sabes todos los postgrados y master de todas nosotras no….
Saludos
No soy nada cotilla, pero esto era necesario 😉
La emoción me embargaba totalmente hasta que me he fijado en la etiqueta «Gwilt y el extraño valenciano»…
Hay tantas cosas que decir de estos niños que dormían en carromatos y alternaban con delincuentes…
Tienes un e-mail
Paparruchas… la etiqueta es lo que te ha hecho soñar… A mí no me engañas.
Imagina que el valenciano tiene autocaravana, como los Cinco…
Un valenciano con caravana es casi un pleonasmo.
La aparición del Gremlin malo también me parece un detalle revelador
Es lo mejor del post, menos mal que lo has comentado porque ya estaba sufriendo.
Querida madre del cordero Gremlin,
para tu personal conocimiento te diré que heredé de mis «hermanos» la colección completa de Los Cinco, en tan lamentable esatado después de pasar por las manos de cuatro fieras que viendo su potencial como arma biológica ( ya sabes tu lo de mis ascos patológicos) me fui comprando feria del libro a feria del libro todos y cada uno de ellos… De vez en cuando los reeleo, es una confesión patética y más patético si cabe leerlos a la limón con las Aventuras de Celia…
Solo de pensar en volver a leerlos me pongo nostálgica, aun no los he mudado de casa… ¿me tendre que esconder con rincón y linterna?
Un besote y dile a Gwilt que se los presto cuando quiera.
Yo estoy con Gwilt, nada de confesión patética… por lo menos lo de Los Cinco. Lo de Celia ya habría que estudiarlo. Lo de tu asco patológico, compartido por cierto con La Tigre, sí que me preocupa. Y más sabiendo a lo que te dedicas.
Súper, no es una confesión patética. O es una confesión patética compartida.
Necesitas otra excusa para ir? Yo estoy buscando un libro que se titula una muchacha anticuada de la autora de mujer citas pero de la editorial bruguera creo recordar que tenía ilustraciones. Y unos comics femeninos que se llamaban sueños de estrellas o algo así. Me parece que te gano a friki. Jajaja
No sé cuál de los dos títulos me inquieta más… Le preguntaré, a ver si hay suerte.
Si! Son para dar verdadero miedo. Es lo que tiene la infancia jajaja. Muchas gracias!
Agradezco a mis padres que hayan guardado en su casa todos mis libros pacientemente hasta que me casé (con eso de la excusa de que mis viviendas anteriores eran temporales y mini pisos de soltera en los que no cabía ni yo), ahora me los voy trayendo poco a poco, casi todos los de Los Cinco los tengo ya aquí. De mis sagas favoritas, yo quería ser Jorgina.
Nunca me desharía de un libro, y menos por cuatro perras, me daría no sé qué. Y mejor, que los firmo siempre y con tanto cotilla suelto y mi peculiar apellido me encuentran hasta la ficha del dentista en cuestión de minutos
Los cotillas sueltos tenemos muchísimo peligro. Ándate con ojo… Yo sigo teniéndolos en casa de mis padres, me gusta verlos allí cuando voy, pero no descarto traérmelos en cuanto los niños crezcan un poco. Besos!!
Me encantan Los Cinco. Yo estoy muy lejos de tener la colección completa, pero estas navidades voy a aprovechar para leerme los que todavía andan por casa de mis padres. Y yo, por supuesto, quería ser «Jorge» (no se poner cursiva en los comentarios…). La colección que tengo completa es la de Puck, incluso tengo un tomo repe que mi querido marido quiere tirar! Le he dicho que no, que lo voy a dejar en una de esas tiendas maravillosas para que alguien lo disfrute! Me acabo de poner nostálgica…
Te lo cambio por uno repe de los Hollister que yo tengo ¿hace?
Trato cerrado! Unas mollejas para celebrarlo?
Eso está hecho, con una frasca de crema de orujo, que seguro que lo celebramos mejor.
Me encanta saber que tienes algún punto flaco hermosa, ya se con que tengo que sobornarte cuando quiera algo, muaahhhh!!!!. Yo te entiendo, primero soy una fan patológica de los libros y en general de las antigüedades, he llegado incluso a coger de un cubo de la basura una preciosa edición de 1925 de un libro de física básica que alguien había tirado …y no me pude resistir.
Venga… A estas alturas Sara… A mí con un GT me tienes a tus pies 😛
Fatal me parece lo de Correas. Son las ilustraciones más bonitas y menos moñas de entre todas las colecciones de la época. Quienes las rellenaban con rotuladores Carioca tienen mi odio eterno.
Intuyo que viste a algún cretino cometer semejante crimen y se te ha grabado en la retina. Sacúdete el rencor y reconoce que ese tío pinta mal.
Yo no era de los cinco. En mi pueblo los cinco eran «de pijos» (y Torres de Malory ni os cuento).
(Igual por eso soy tan caballuna y poco dada a las monerías: todo nos marca en la vida).
Yo era de Óscar. No los tuve todos, pero tuve bastantes. Yo no sé las veces que los leí.
Por si no sabéis a lo que me refiero: http://es.wikipedia.org/wiki/Carmen_Kurtz (al final de la página viene la lista de los libros de Óscar).
De verdad que os los recomiendo. Son unos libros chulísimos, y mucho menos conocidos.
Por cierto, que si alguien los ve en una librería de viejo, agradecería el aviso.
Yo es que soy muy pija chica. Me lees desde hace poco y por eso igual no te has percatado. Le preguntaré al librero por tu amigo Óscar, conocido en su casa, y por lo visto en la tuya…
Y en la mía… Aún me acuerdo de uno que se llamaba Óscar en las Olimpiadas que me encantaría encontrar. Este lo leí en la Biblioteca, de ahí mi terror a leer los libros prestados. Yo los quería MIOS, para que luego no me pasaran estas cosas
¡Bieeeen! ¡Una de las mías! ¡Viva Óscar!
Sólo por eso, me voy a suscribir a tu blog
Pelota
Yo sí que conocí a Oscar, en el cole, creo que en 4º de la extinta EGB, Oscar en el Polo Sur. Peor suerte corrió mi amiga Inma que le cayó en suerte uno llamado Tocón en la prehistoria. Y había un Tocón en cada época histórica, real como la vida misma, salvo que estoy segura que había más de uno.
Es la primera vez que te comento pero es que me has tocado la fibra: yo tenía bastantes libros de Los Cinco, que me encantaban, y hace unos meses fueron, junto con toda mi colección de Barco de Vapor, «elige tu propia aventura» y algunos otros, donados a una organización de mi ciudad que trabaja con chicos con dificultades. Mi madre llevaba 6 años insistiendo en que me los llevara a mi casa y pensé que, como no los iba a releer, mejor llevarlos a algún sitio para que otros chavales los disfrutaran como yo.
El caso es que ahora al leerte acabo de caer en que podría haber esperado con la excusa de que mis futuros hijos algún día podrían leerlos. ¡Qué fallo!!
Has hecho lo mejor que podías hacer. En la librería esta tienen Fray Pericos para aburrir, y si quieres que algún día tus hijos los lean, los podrás comprar incluso al peso… Gracias por «asomar». Un beso.
¿La colección entera de «Torres de Malory»?¿ La edición de la editorial Molino??? ¿Dónde???
Te mandaré un mail, que no es plan dejar mi dirección por aquí ¿ok? Por si vienen los malos…
Si vienen los malos les lanzamos a Tim para que les rmuerda las canillas…
Me encanta eso de las canillas… mi padre lo dice mucho.
Me has dado en mi punto débil, los «Cinco» ocuparon muchas horas de mi infancia, no solo de lectura, sino de horas de juego, con mi hermano corríamos por el bosque del Castillo de Bellver viviendo aventuras junto a nuestro perro…qué tiempos!!
Y Pato Aventuras, también estaba en mi lista, igual que la colección de Jóvenes Castores. a Tenedor le encantan.
Interesante historia.
Un besote
Los jóvenes castores… Gracias por recordármelos. Lo de tu infancia corriendo junto al castillo de Bellver te ha quedado de lo más lacrimógeno. Por cierto, viajo a tu tierra este mes 🙂 Besazo guapa!!
Jajaja, pues era super divertido,. Pásalo genial, y a disfrutar de mi isla.
Un besote hermosa!!
Yo… snif… sob… buahhh… en un arrebato zen de mi última mudanza ¡¡¡¡¡Los regalé!!!!!
La colección completa de los Cinco, algunos Hollister, Jóvenes investigadores, torres de Malory, Siete Secretos, Guillermo… No hay día que no los recuerde, sobre todo ahora que tengo un gremlin lector de 5 añitos…
Ayyyyyy, qué penita penaaaaa!!!!
Guillermo… Esos son más viejunos todavía. Tú sí que sabes.
Hasta los de Esther y su mundo!!!! Aquel rubiazo Juanito, y la guapísima Rita… jooooooooooo!
Aaaayyy!! Los cinco!! Yo tenía todos y recuerdo haberme leído alguno en un par de noches con una linterna.
Me he releído un par y me he dadocuenta de que las historias son bastante intemporales excepto porque: 1) no tienen movil (ya les vale, sin whatsapp) y 2) porque a ningún padre en su sano juicio les dejaría irsede vacaciones a un faro en un acantilado con Julián (14 años) de responsable…
En serio, a cualquier crio (chico o chica) ahora le encantaría ser Jorge. Cómpratelos todos para tí!!!
Yo creo que Jorge siempre va a tener tirón, aunque no tenga iPad… pero de aquí a unos años veremos si puedo confirmarlo con los gremlins…
Yo los de Torres de Mallory, las mellizas y la traviesa Elizabeth los tengo todos, versión ochentera (era algo personal, la nueva mola pero yo los quería de librerías de viejo) 😉 Los Cinco me gustaban, pero no eran mis favoritos de Enid Blyton. Hay que fastidiarse, tengo una entrada escrita para el viernes que viene (no mañana) de lo que supuso para mí Enid Blyton. Y tengo para ver un biopic sobre la autora que me compré cuando escribí la entrada. Asín de friki soy. Me ha hecho mucha ilusión leerlo.
Ya te lo dije en twitter. Tú y yo almas gemelas en cuanto a gustos de Enid Blyton. Los Cinco me entretenían pero mientras hubiera para echarse a la boca una buena historia de Darrell Rivers discutiendo con Alicia o decorando su habitacioncita con Sally en el Último Grado, por mí no tenían nada que hacer. Ilusión me ha hecho a mí descubrir que también eres muy «fans». Un besazo hermosa.
A mí sí que me gustan las ilustraciones. Por lo demás, completamente de acuerdo. Y recuerdame que borre mi exlibris si vendo un libro 😛
Los exlibris los carga el diablo, está claro 😉
A mi me encantaban los de Torres de Mallory… Por cierto tengo que hacer una inspección en casa de mis padres para ver donde andan…
Que recuerdos!
Pues busca busca… que son un tesoro, y tus criaturas el día de mañana puede que los disfruten.
Me encanta que te guste lo añejo, ya sé donde buscarte los regalos cuando toque. Aunque hay libros que viejos huelen muy mal, me hace que me quipe la nariz, no sé porqué será, porque algunos sí y otros no.
No sé si conoces «mundo fatasía» es una librería de segundamano que está cerca de ópera, es de cómics, pero creo recordar que también tienen libros, a lo mejor encuentras lo que te falta.
Pues no tengo ni idea, pero sí, el olor a viejuno de algunos tira p’atrás que no veas. Hay olor rancio agradable, y olor rancio de náusea de 7 semanas de embarazo. No conozco esa joya de lugar, a ver si me la enseñas de la manita. Besos querida
Interesante la historia de Maribel (nota mental: no dejar nunca cabos sueltos en está época cybernética en la que vivimos). La verdad es que no fui yo muy fan de Los Cinco. Creo recordar que me regalaron uno de sus libros una vez y no me desagradó pero tampoco me volví loca buscando más. Yo era más de «El pequeño Vampiro». Besotes!!!
El pequeño vampiro de Alfaguara también fue amigo mío. Pero nunca con la pasión de los personajes de Enid Blyton, imposible!!! Besitos y ojo con lo que escribes en los libros 🙂
Yo tengo casi todos los 5, pero el primero que me regalaron para mi sexto cumpleaños fue precisamente el que has comprado recientemente. Los he releído con horror extremo por lo tremendamente machista y repipi que era la señora Blyton, pero no me desharía de ellos por nada del mundo, aunque me asalten ataques incontrolados de hambre cada vez que los repaso, sobre todo con Los 5 en la granja Finniston, que hay que ver cómo cocinaba la señora granjera. Los Hollister me los prestaba mi vecina del 5º , los de Torres de Malory y Santa Clara una amiga del cole, Puck mi prima y Los gemelos Bobbsey mis vecinas del 4º. Y los Don Mikis eran mios, mi tesoro, pasión total que comparto con mi marido, no sólo hemos unido vida y haciendas, sobre todo hemos unido Don Mikis y, por supuesto, Esther, sigo buscando ese santo grial del que todos hablan pero nadie ha visto en el que se casa por fin con Juanito. ¿Alguien lo ha tenido en sus manos alguna vez? ¿es mito o realidad?. Y si encuentro algún libro de los mencionados lo compro sin dudar, faltaría más.
¡¡Tía, tía, tía, que fuerte¡¡. Mis nuevas circunstancias vitales hacen que me tenga que nutrir de lectura a través del iPad, vale que no es lo mismo, pero aquí te puedes descargar a Los 5 enteritos. Te dejo el enlace, una mina de libros virtuales, yo me estoy poniendo morada a descargas, es como sí me dieran pase gratuito y permanente a Disneylandia. http://epubgratis.me/taxonomy/term/1102
Puag!!!!!! la de libros que me he llegado a leer de esta gente. Ya ni los recordaba y de eso debe de hacer….¿? más o menos cuando mataban a la gente a pellizcos….y no me digas que no habías leído los de Torre de Malory? y otros…..los de Sta Clara? (creo que se llamaba así, ya sabes, la memoria RAM empieza a hacer estragos)….
Con la adolescencia ya vinieron los interminables de Nacida Inocente y las tropecientas historias de su protagonista….y ya después otro tipo de lectura…..(hoy en día ya he caído con la erótico festiva del tú me das cremita y yo te doy candela, de las sombras del Grey, pero ese ya es otro cantar).
Bueno pues no te lo pierdas, mi mayor (ahora ya con 20 años) se ha tragado todos estos de la Enyd Blyton, junto con los de Los Hollyster y los de un tal Guillermo…amos! lo más jajajajaja, en cambio con las mellizas ha sido otra historia. Han pasado olimpicamente de ese tipo de lectura. Eso es no tener infancia…no saben lo que se han perdido!!!!
Besos campeona!!!
Tengo el mismo, mismitico libro y unos cuantos más de los Cinco… yo (ilusa de mi) esperando a que mi hija crezca y se los lea como hice yo. ¿Pero quién vende sus libros? He de confesar que me ha encantao eso de buscar la historia de su anterior dueño…(para escribir otro libro) mira que si es lectora habitual tuya…. Besitos.
Gracias a tu post me han entrado ganas de bajar al trastero de mis padres y mi abuela, lugar de peregrinación de todos los libros y cosas varias de la infancia de mis hermanos y la mía. Si encuentro los ejemplares que buscas te aviso ;P
Bxssssss
Te entiendo perfectamente, yo por Emma me he comprado una edición chulísima de las Torres de Malory, que cuando la vi casi lloro de emoción, y me enganché con la colección de Esther y su mundo… ays! Los cinco, qué recuerdos!!
Uy, pues yo también debo ser de tu quinta porque anda que no he leído a los Cinco. Pero ahora que pienso, ¿dónde debo tener esos libros? porque yo nunca he tirado ningun libro. Será cuestión de ir buscándolos para cuando mi peque pueda leerlos.
Un fuerte abrazo 🙂
Eoo….Te echamos de menos!!
Eso, más de dos meses sin noticias de Gremlin, ???????
Hola!!!!Te he descubierto esta semana y me he empapado todo (o casi todo) el blog en cuatro dias. No me he podido reir mas, aunque a veces me da miedito por las similitudes entre tu Gremlin y tu Tamagochi con mi Bicho…..,me he hecho fan tuya total. Un beso. Por cierto, no he podido flipar mas con alguno de los comentarios que lei del post del » supermetodo stivil» o como se llame, ¿de verdad que la gente no tiene mejor cosa que hacer que buscar bronca por internet?, madre de mi alma, como esta el mundo. Yo no he tenido q poner dicho metodo en practica, porque (de momento) no me ha tocado, pero mi madre me dejaba con pocos meses en mi cuna y ni tengo pensado abandonarla en una residencia ( o gasolinera y salir pitando),ni nada por el estilo, en fin, que eres genial, lo malo es que se me ha desencajado un poco la mandibula de tanto reirme….
Y por comentar algo relativo a este post, lei mucho de Los Cinco (yo queria ser Jorge,claro, que era la mejor y encima tenia perro), tambien lei Puck, los Hollister y creo que habia algun grupo mas, no recuerdo ya, pero no tengo ningun libro porqur en el cole teniamos una biblioteca genial.
I think you have observed some very interesting details , appreciate it for the post. fdkdeafekfdd
Yo los tengo todos. Me gustaron y me siguen gustando. Todavía cuando quiero leer algo sin complicaciones me cojo un libro de aquellos tiempos.